Los huevos tienen una cosa buena y es que admiten todo tipo de ingredientes y combinaciones. Esta exquisitez es una receta de mi suegro, Ángel. Un día la probó en un pequeño bar de pueblo y, desde entonces, siempre que puede, nos deleita con ella a todos los que acudimos a su casa.
La mezcla de colores y diferentes texturas y sabores hacen de este plato un manjar muy atractivo a la vista y exquisito al paladar.
Ingredientes:
6 huevos
12 gambas grandes peladas
200 grs de ajetes tiernos
1 bote grande de champiñones laminados
6 palitos de cangrejo
1 bandeja de gulas
Un puñadito de piñones
Pimentón
Se tuestan los piñones un poco en la sartén y se reservan.
En una sartén antiadherente echar un poco de aceite y rehogar las gambas. Cuando estén doradas sacar y reservar.
En ese mismo aceite rehogamos los ajetes hasta que estén tiernos, añadimos los champiñones y seguimos rehogando. Pasados unos minutos incorporamos los palitos de cangrejo troceados y las gulas. Dejamos que se mezclen bien todos los sabores y volvemos a echar las gambas para que se unan al resto de ingredientes. Salpimentamos al gusto.
Poco a poco vamos echando los huevos sin batir y movemos con una cuchara de madera para que se rompan y se vayan incorporando.
Lo dejamos hacer según os guste el huevo más o menos cuajado. Volcamos en un plato y espolvoreamos con pimentón dulce. No olvidéis echar los piñones por encima, le darán un toque diferente al revuelto
Servir caliente.
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