Este bizcocho tan fácil y delicioso es una receta de mi compañera Belén. Es una versión del clásico de yogurt, pero más jugoso y con un sabor muy característico.
Lo mejor de todo es que es apto para todos los niveles pues es facilísimo de hacer y más aún de comer.
En mi casa dura lo que un suspiro. Desde que lo he descubierto vamos casi a dos por semana y lo bueno es que les gusta a todos.
Ingredientes
1 taza de leche
3/4 de una taza de aceite de girasol
2 huevos
200 grs. de azúcar
250 grs. de harina
1 sobre de levadura
Precalentar el horno a unos 180º.
Batir los huevos como si fueráis a hacer tortilla. Añadir la leche, el azúcar y el aceite y remover todo junto. En un bol mezclar la harina y la levadura e ir incorporando a la mezcla anterior de 3 veces con movimientos envolventes.
Untar un molde con mantequilla y espolvorear de harina. Volcar en él la masa y meter al horno a una temperatura no superior a la mitad del total. Os explico esto, si mi horno alcanza la temperatura máxima de 270º, lo meto a 135º más o menos.
Cuando empiece a subir, le subís la temperatura a 180º más o menos.
Esto llevará tiempos distintos dependiendo del tipo de horno. El mio es de aire y en unos 20 minutos está hecho. Si es un horno convencional os tardará un poco más, unos 30 minutos. Si véis que se tuesta mucho taparlo con papel de aluminio y así evitaréis que se queme. Queda muy jugoso, así que para aseguraros de que está hecho pincharlo con un palito.