He perdido la cuenta de las veces que he comido estas patatas con bacalao en Portugal. Y es que es un plato que nunca falla.

Recuerdo que siempre íbamos al mismo restaurante, y nada más entrar veíamos la mesa de postres que tenían expuesta. Nos dedicábamos a elegir postre... sin haber empezado a comer!!!! Qué pasaba? Pues que llegaban esas fuentes humeantes de patatas con bacalao que entraban por los ojos y.... sólo empezar a comer ya era una perdición. Qué sabor, qué rico!!!!! Nadie se acordaba de los postres hasta que llegaba el camarero y  nos decía, "Ale, a la mesa central a ver qué queréis?" "Ahoraaaaa? Pero si no tengo sitio!!!!" Y no sé cómo, pero éramos capaces de hacer un huequito para comer aquellos dulces tan deliciosos.

Acompañadlo de una ensalada y tendréis la comida preparada. Es un plato muy contundente. Válido, eso sí, tanto para la comida como para la cena. Rico, rico, rico!!!!

Ingredientes
1 kg de patatas
250 grs de bacalao seco
4 huevos
1 chorrito de nata
Pimentón de la Vera


Unas 48 horas antes hay que empezar a desalar el bacalao. Para ello, ponemos el trozo de pescado en un bol con agua fría y metemos en la nevera. Vamos cambiado el agua cada 8-12 horas hasta el momento de cocinarlo.

Pelamos y picamos las patatas como si fuésemos a hacer una tortilla. Freímos en abundante aceite caliente.

Desmenuzamos el bacalao con los dedos y reservamos.

Cuando estén fritas las patatas, las escurrimos en un bol para eliminar el exceso de aceite y en la misma sartén las volvemos a echar junto con el bacalao. Incorporar la nata y dejar unos minutos. Mezclamos bien y añadimos los huevos, uno a uno hasta que se vayan mezclando. Ahí está el gusto de cada uno en cómo de pasados queden los huevos.

Retirar del fuego y emplatar. Espolvorear con un poco de pimentón y servir inmediatamente.

Bon Appetit!!!