Mi primera tarta fondant. Vamos, no es que sea una de las siete maravillas del mundo, pero estoy más que orgullosa de ella.
Lo mejor... Lo rica que estaba.
En un principio iba a ser una tarta con un conejito muy salao que había encontrado en internet. Pero claro.. había que hacerlo y la verdad es que modelar no es lo mío (figuras complicadas no; con lo simple me defiendo). La cuestión es que no salió como esperaba así que al final me decanté por el trenecito. Bastante sencillo y muy resultón, la verdad.
Aquí os dejo unas fotos de la tarta. El bizcocho era de natillas, con almíbar de vainilla y ganaché de chocolate blanco. Un éxito. Según iban pasando los días, más rica estaba.
Aquí el corte de la tarta. Veis lo jugosa que quedó?
5 comentarios
Amalia, te quedó jugosita por dentro, y encima con ese ganaché de choco blanco que le pusistes.
ResponderEliminarEs peciosa la tata, ya quisiera yo hacer una igual.
Felicidades a tu nene seguro que disfrutó de lo lindo.
Saludos
Espero que pronto se solucione lo del blog, que vaya tela
ResponderEliminarla primera! pues te ha quedado de 10, tendrías que haber visto la primera que hice yo, jjajja. besazos guapa!
ResponderEliminarMuchas felicidades a Miguel,que rapido pasa ya un añito.jeje...ya publicare una tarta que hice hace ya unos cuantos meses con ese mismo trenecito para un nene de una año..queda resulton y es super facil de hacer.Besos a Miguel.
ResponderEliminarComo te había dicho te quedó una preciosidad pero ahora viéndola por dentro se ve tan jugosa
ResponderEliminarBesitos