200 grs de harina de repostería
100 grs de mantequilla
1 huevo
1 piza de sal
* Si no queréis hacer la masa, podéis comprarla hecha y así ahorráis tiempo.

Para el relleno
2 tomates maduros
6 hojas de albahaca fresca
50 grs de queso emmental
50 grs de queso curado
50 grs de queso gruyere
50 grs de queso mozarrella
3 huevos
200 ml de nata
Sal y pimienta


Para la masa brise
Es muy importante no trabajar demasiado la masa pues no queremos que se convierta en una masa elástica. La mantequilla debe estar a temperatura ambiente para que se mezclé bien con la harina y el resto de ingredientes.
Poner en un cuenco la harina tamizada y la mantequilla y trabajar con las manos hasta obtener una mezcla arenosa. A continuación añadir la sal y el huevo y mezclar con las manos hasta que estén los ingredientes bien integrados. Formar una bola, meterla en un cuenco cubierto con film y dejarla reposar durante una hora en la nevera.
Estirar la masa con un rodillo y colocarla sobre el molde en el que vayáis a hacer la quiché untado con mantequilla. Recortar los bordes que sobresalgan, pinchar el fondo con un tenedor y hornear a 180º hasta que la masa esté dorada. (no la hagáis mucho pues luego tiene que volver al horno).

Para el relleno
Cortar medio tomate en rodajas finas y reservar. El resto del tomate cortarlo en dados. Reservar.
Picar la albahaca y reservar.
En un cuenco batir los huevos y añadir la nata y los quesos. Mezclar bien con un tenedor e incorporar el tomate en dados y la albahaca. Salpimentar al gusto y volcar sobre la masa brisa. Decorar con las rodajas de tomate y meter al horno unos 20 minutos a 200º o hasta que la pinchéis con palito y salga limpio.

Recordar no hacer la masa brisa en exceso ya que se puede quemar al tener que estar más tiempo en el horno. Si queréis, también podéis hacerla directamente sobre la masa cruda, pero primero habría que poner el horno sólo por abajo para evitar que la masa quede cruda.