Estamos en vísperas de que comience ofialmente el otoño... ¿y qué? A mi aún me apetece comer helados. No me gusta cerrar de golpe las cosas, y con el verano menos aún... Me resisto a aceptar que ya terminó, que en unos días el frío se va a adueñar de nuestras calles y que tendré que hacer cambio de armario. ¡¡Horror!! Odio el cambio de armario.... que el invierno es muuuy largo. Botas, abrigos, paraguas....
Quita, quita, que ya vendrá el día que no me quede más remedio que renunciar al buen tiempo, así que de momento yo sigo en verano modo on. Y para muestra un botón. En este caso un helado.
¿Habéis visto qué color taaaan cuqui? Pues no lleva colorante, sólo las nubes rosas de toda la vida. Es un helado súper cremoso y, en contra de lo que os pueda parecer, nada, y digo NADA, dulce. No os dejéis engañar por el color ,que estoy segura de que a algunos e incluso algunas os pueda resultar empalagoso.
Venga, a darse un capricho... ¡¡¡que esto se acaba!!!
4 comentarios
Un helado muy curioso y seguro que delicioso tanto para niños como para adultos.
ResponderEliminarME parece un helado la mar de apetecible. El color es precioso, al menos a mí me resulta cuquísimo.
ResponderEliminar¡Besos mil!
QUE RICO¡¡¡ ME ENCANTA LA RECETA.
ResponderEliminarBESOS CRISYLAURA.
Qué pasada de bonito es este helado, me encanta.
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