Un día llegué a mi casa con una caja bajo el brazo. A mis hijos ya no les sorprende mucho porque soy doña cajitas. Pero este día, estaban expectantes... Estoy segura de que lo intuían. Llevaban tiempo pidiendo gofres para desayunar y siempre recurría a las tortitas americanas porque no tenía gofrera.... hasta ahora. 
Fue tal el abrazo que me pegaron que esa misma noche preparé la masa para que tuviesen sus, tan deseados, gofres para desayunar. Y los comieron... vaya que sí. Los tres, porque el padre no se queda corto en estos casos, que luego nos quejamos de que puedo montar una pastelería por tanto cacharro que hay en casa, ¡¡pero no decimos que no a un dulce!! 



Y ahí tengo el altar... junto a mi gofrera, porque ahora solo queremos desayunarlos cada fin de semana. Menos mal que he dado con el truco de hacer tandas completas y congelarlos ya hechos, así solo tengo que sacarlos unos minutos antes y darles un golpe de calor en el micro... porque sí, están muy ricos, pero la maquinita se las trae para limpiarla... de esta forma solo la limpio una vez al mes o cada dos meses y listo.
Nunca he estado en Bélgica, pero ya solo por estas cosas tan ricas que tienen ¡me encanta ese país! Y estoy convencida de que si alguna vez tengo la oportunidad de ir hasta allí... que se preparen los 'gofreros' porque los voy a perseguir. Y cuando los encuentre, caeré rendida a sus pies y no habrá bote de Nutella que se me resista porque si con algo están buenos estos dulces es precisamente con ella.  ¡¡¡Si es que son la pareja perfecta!!! Son Lois y Clark, Fred Astaire y Ginger Roger, Thelma y Louise, Rose y Jack, Mickey y Minnie... Bob Esponja y Patricio.... de la cocina belga. ¡¡Grofre y Nutella!! Qué pareja tan bonita.... Un tándem perfecto y si no.... ya me lo contaréis.
Solo puedo deciros que tendréis que hacer un esfuerzo inmenso cuando los hagáis. Cuando los saquéis de la gofrera con ese olor.... ese color dorado... pasadlos inmediatamente a una rejilla para que se enfríen un poco... ¡¡naaaaada, minuto y medio!! Más que nada para que no os abraséis... aunque ya os digo que es muuuuuy difícil resistirse.

La receta de Sandae de La Receta de la Felicidad. No falla nunca y todas son espectaculares. Así que no me podía resistir a probarlos y acerté porque son absolutamente.... ¡auténticos! Eso sí, adaptados...
El otro día me llegó a casa la caja Québox de este mes que traía entre sus sorpresa un brick de leche Pascual sin lactosa. Tenía que hacer una tanda de gofres para el tener en reserva y los preparé sin lactosa. Para hacerlo bien me fui al súper a por la mantequilla sin lactosa y me puse a ello.... y nada que envidiar a 'los normales'. 



¿Qué es QuéBox? QuéBox es una caja sorpresa que te permite conocer nuevos productos #singluten y #sinlactosa a la vez que ahorras unos eurillos. Te la entregan directamente en tu casa, sin coste adicional. Y puedes suscribirte a ella sin compromiso de permanencia. Podrás cancelar tu suscripción en cualquier momento y en un solo clic. Tú decides hasta cuando. Lo mejor de esta caja son los más de 10 productosque contiene y que, como os he dicho al principio, no tienen gluten ni lactosa, y todo ello por tan solo 19,90€.



Ingredientes Primera mezcla
400 g de harina normal
25 g de levadura fresca
125 ml de leche
125 ml de agua
25 g de azúcar glass
1 huevo

Segunda mezcla
100 g de harina normal
25 g de miel
5 g de sal
1,5 g de bicarbonato sódico (1/4 de cucharadita)
250 g de mantequilla, a temperatura ambiente
1 cucharadita de extracto de vainilla (semillas de una vaina de vainilla, o vainilla en polvo)
300 g de azúcar perlado para gofres (ver notas)


Mezclamos en un bol los ingredientes de la primera mezcla, y dejamos reposar 15 minutos a temperatura ambiente y tapado con film.